El uso de simuladores para la capacitación de operadores de Centros de Control

Una adecuada capacitación y entrenamiento de operadores de centros de control constituye una variable clave para garantizar la continuidad operacional de las empresas que optaron por automatizar sus procesos productivos o supervisar centralizadamente e integradamente sus sistemas de seguridad o de control energético, clima, sanitario, entre otros.

Sin duda que un componente importante es la formación técnica respecto de las características y funcionalidades de los sistemas que operan. También lo son, indudablemente, el conocimiento de los procedimientos rutinarios, códigos de conducta y ética, y de los planes frente a emergencia.

Sin embargo, hay otro elemento crucial que no siempre es abordado en la capacitación de los operadores y se relaciona con la habilidad de respuesta frente a fallos de los sistemas y/o emergencia.

Como vemos, abordar la formación integral y profesional de un operador de centros de control requiere el desarrollo de un modelo de capacitación basado en competencias.

Si consideramos que la función principal de un operador de un centro de control es detectar, verificar, interpretar, actuar y comunicar las desviaciones en las condiciones de funcionamiento de los sistemas disponibles y reducir los riesgos operacionales, las empresas deben procurar que éste posea las competencias necesarias (conocimientos+habilidades+actitudes).

En nuestras próximas publicaciones entraremos en detalle sobre las competencias generales y específicas que requiere el puesto de operador; en este artículo nos concentraremos en sus habilidades, es decir, el modo en que éste se relaciona con el sistema que opera a través del aprendizaje guiado y la experiencia.

La literatura nos muestra (Francisco Arista y Victor M. Parra) que las principales habilidades de operador de centros de control son las siguientes:

  • Supervisión
  • Diagnóstico
  • Resolución de problemas
  • Pensamiento crítico
  • Toma de decisiones
  • Análisis
  • Gestión del tiempo
  • Comunicación oral y escrita
  • Coordinación

El desarrollo de estas habilidad requiere de un proceso de ejercitación y entrenamiento supervisado de carácter continuo y significativo, donde el uso de simuladores cobra cabal importancia.

Según algunos autores, como Maricela Ballatore, las nuevas tecnologías nos permiten recrear escenarios y de esa manera, simular la realidad. Define una simulación computarizada como un conjunto de instrucciones (software) que se ejecuta sobre un ordenador (hardware) con el fin de imitar (de manera más o menos realista) el comportamiento de un sistema.

Formar operadores profesionales usando simuladores permite:

  • Que puedan comparar distintas respuestas frente una misma situación y evaluar efectividad.
  • Conocer cuáles serían las consecuencias de las fallas en los sistemas en la operación de la empresa.
  • Reconocer y ponderar adecuadamente las señales de alarma (visuales y auditivas).
  • Conocer cuáles podrían ser las fallas habituales y aquellas críticas. Y qué hacer en estos casos.
  • Saber actuar frente a emergencia y conocer cuál es el tiempo propicio de respuesta.
  • Familiarizarse con el VMS o BMS (o ambas) que operará en el futuro y explorar el máximo de funcionalidades.
  • Familiarizarse con los diversos equipos existentes en la sala de control y equipos de campo, permitiéndole obtener conocimiento general de la operación de principio a fin.

El uso de simuladores para la formación de operadores de centros de control aparece como la estrategia de capacitación más idónea, ya que pone a los participantes frente a la tecnología y escenarios de operación similares a los que se van a encontrar en su puesto de trabajo, por lo que las acciones y decisiones (acertadas o erróneas) que ejecute en ese ambiente controlado y sin riesgo de daño, propiciará su aprendizaje por repetición, incentivará su confianza y la seguridad en sí mismo.